Partidos políticos (tipos, funciones y clasificación)


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¿Qué son los partidos políticos?

En la literatura de la Ciencia Política y el Derecho Electoral  no existe una definición unívoca de lo que es un partido político. Esto es el resultado de numerosos debates académicos sin consenso sobre el origen, papel y funciones de los partidos. Para algunos, los partidos “son un cuerpo de hombres unidos para promover, mediante sus esfuerzos conjuntos, el interés nacional basados en un principio particular en el cual todos están conformes”. A partir de esta definición, un partido político se caracterizaría por cualidades como la unidad interna, una misión normativa y una ideología particular. Sin embargo, lo anterior es negado y refutado por otros autores mediante sus propias definiciones como que los partidos son únicamente “un equipo de personas que tratan de controlar el aparato de gobierno” o que un partido político es un “grupo cuyos miembros se proponen actuar de consumo en la lucha de la competencia por el poder político” (Tames & Aguirre, 2015). Estas definiciones, por el contrario, tienden a minimizar las funciones y atribuciones de los partidos a únicamente aparatos o vehículos para la disputa del poder político.

No obstante, una característica de los partidos políticos que no se encuentra en ninguna disputa teórica es que estos son formas especiales de organizaciones políticas. Los partidos políticos no deben confundirse con otros grupos sociales como los grupos de interés o las asociaciones particulares. Estos participan en los procesos electorales, dentro de un contexto democrático (elecciones limpias y periódicas, con libertades políticas y sufragio universal) y en búsqueda de implementar su proyecto político. De ahí que una de las definiciones más consensuadas sobre que es un partido político es que se trata de “un grupo de personas que buscan el control del aparato de gobierno a través de obtener puestos en una elección llevada a cabo de forma correcta” (Hofmeister & Grabow, 2013). Otra definición que sustenta ese consenso es la de Giovanni Sartori, que propone que los partidos políticos son  “cualquier grupo político reconocido oficialmente que participa en las elecciones y que es capaz de postular candidatos para cargos públicos a través de las elecciones”. Ambas definiciones reconocen la importancia de la participación de las organizaciones políticas en el proceso electoral y que este les permita acceder a cargos públicos mediante el sufragio universal.

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¿Para qué funcionan los partidos políticos?

De la misma forma que con la definición precisa de qué son los partidos políticos, sus principales funciones también tienden a ser foco de vastas discusiones y debates conceptuales. No obstante, los estudiosos de la ciencia política y disciplinas acordes han sostenido que existe una serie de funciones principales que los partidos políticos deben cumplir. Estas son:

  1. Ser puente entre los ciudadanos y el gobierno. Los partidos políticos son las instituciones por excelencia para hacer llegar las demandas de los ciudadanos al gobierno.
  2. Integrar los diferentes intereses de la sociedad. Que cada grupo de interés se convirtiera en un partido político, es operativamente imposible. Por lo tanto, los partidos políticos existentes fungen como articuladores de intereses y agendas similares para, posteriormente, materializarlos en política pública.
  3. Integrar a los diferentes grupos de interés dentro del sistema político. Los partidos políticos, además, aglutinan a los diferentes grupos de interés dándoles la oportunidad de participar en la conformación de la plataforma política del partido. Así, estos integrantes se sienten representados y desarrollan un sentido de lealtad y respeto a las reglas del sistema político.
  4. Socialización política. En la medida en que los partidos integran a los diferentes grupos de interés, les enseñan e integran a las reglas del juego político. Este proceso ayuda a que todos los grupos de la sociedad se acoplen y “jueguen” bajo las mismas reglas.
  5. Movilización del electorado. Durante la campaña política y el día de las elecciones generales, los partidos políticos son los principales interesados en promover el voto en la ciudadanía. Ya sea a través de la facilitación de información o transporte, los partidos políticos fungen como movilizadores del electorado (los ciudadanos) el día de los comicios.
  6. Organización del gobierno. El partido político que obtiene el poder mediante los comicios, debe establecer una serie de prioridades y agenda de gobierno acorde al marco de valores e ideología que promovió durante la campaña electoral.

Clasificación de los partidos políticos

  1. Base social: se trata de la clasificación más habitual de los partidos, pues esta tiende a dividirlos entre obreros y burgueses, aunque también entran partidos campesinos o populistas. Lo que define la naturaleza de estos partidos son los clivajes sociales (divisiones sociales políticamente relevantes), es decir, las líneas de ruptura que separan a los miembros de la comunidad y componen a la sociedad en cuestión.
  2. Orientación ideológica: este enfoque sostiene que el elemento que determina la acción de los partidos no es su composición social (base social) sino su orientación ideológica. Por ende, esta tipología separa a los partidos entre los ejes de derecha-izquierda según sus ideas políticas. A pesar de la ambigüedad entre ambos espectros, es tradicionalmente aceptada la afirmación de que la izquierda propone una mayor intervención del estado en la economía, acentuando el valor de la igualdad, mientras la derecha sostiene la no intervención del estado y la primacía del mercado, acentuando el valor de la libertad (Bobbio, 1995).
  3. Estructura organizativa: esta última clasificación presupone que los partidos políticos, como cualquier otra organización, se mueven y accionan según fines que trascienden a los objetivos que les dieron origen. En otras palabras, el reconocer a los partidos a través de su estructura de organización permite categorizarlos según el grado de su institucionalización. Los partidos establecen estrategias de adaptación (mutan) que los acerca o aleja al aparato burocrático dentro del que funcionan; el Estado.
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Estudio de caso: Los partidos políticos en Guatemala

El sistema de partidos políticos guatemalteco es uno de los sistemas más inestables y poco institucionalizados de América Latina. Los partidos políticos guatemaltecos son “centralizados, exclusivos y poco institucionalizados” (ASIES, 2013). Dicha centralización radica en el predominio que tiene el Comité Ejecutivo Nacional -CEN- sobre las restantes estructuras organizativas (comités departamentales y municipales) en aspectos como “la creación del partido, la inscripción de filiales locales y la postulación de candidatos a cargos de elección popular” (ASIES, 2013). Los CEN de los partidos políticos, tienden a crear estructuras paralelas al modelo de organización establecido en la LEPP. Dichas estructuras aseguran que los secretarios municipales y departamentales controlen la organización en sus respectivas circunscripciones (distritos electorales), siendo ellos quienes usualmente encabezan los listados a cargos de elección popular, dándole a los partidos un carácter eminentemente exclusivo y personalista.

Entonces, los partidos políticos guatemaltecos se organizan bajo el modelo de partidos franquicia. Estos partidos franquicia son inestables y se encuentran conformados por organizaciones paralelas que pertenecen a líderes locales y no son fieles al partido como tal, combinando un enfoque electoral con un alto nivel de centralización en la toma de decisiones (ASIES, 2013). Los CEN ceden en época electoral la “marca” (o franquicia, en este caso) del partido a algún candidato municipal. Este candidato se da a la tarea de crear y mantener la organización partidaria municipal, necesaria para la vigencia legal del partido, y promocionar a los candidatos a presidente y diputado en el municipio. No obstante, esta relación –casi contractual- suele culminar al finalizar el período electoral e iniciar uno nuevo.

Lo anterior evidencia que los partidos políticos guatemaltecos poseen el incentivo para mantener un minimalismo organizacional, es decir, mantenerse únicamente en torno a los requisitos mínimos legales que exige la ley para tener organización nacional: 50 municipios y 12 departamentos. Este minimalismo organizacional se nutre principalmente de dos incentivos. Por una parte, el incentivo lógico de mantener bajos los costos de organización partidaria y, por otra parte, “permitir que el CEN del partido mantenga el control sobre la nominación de candidaturas en aquellos municipios y departamentos en donde no existe organización formal” (CICIG, 2019). Aunque, como ha señalado Lemus (2013), en esos municipios en donde no existe una organización partidaria formal, las agrupaciones políticas sí establecen una organización informal o paralela, que sirve para cumplir los designios de la cúpula partidaria.

En otras palabras, los partidos “franquicia” se producen en un contexto en el que los partidos tienen un enfoque de organización y estructura estrictamente electoral, y en el que tanto los CEN como los líderes locales calculan la fortaleza electoral de la otra parte, en tanto los vacíos y tergiversaciones de la legislación electoral se los han permitido; hasta el momento (Aguilar, 2020).

Glosario de términos

Democracia interna: reglas del juego en la toma de decisiones dentro de un partido político y que éstas sean el resultado de la participación de sus miembros (y afiliados), en especial en la elección de sus dirigentes y candidatos.

Sufragio universal: derecho a ejercer el voto en el proceso de elección de los representantes a los distintos cargos públicos.

CEN: Comité Ejecutivo Nacional, principal encargado de la postulación y toma de decisiones a lo interno de los partidos políticos guatemaltecos.

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Momentos claves para la participación ciudadana

Los partidos políticos son (y deben ser) los intermediarios entre la ciudadanía y el Estado y la administración pública. Por lo tanto, los partidos políticos resultan ser instituciones o pilares fundamentales de cualquier democracia representativa; al punto que se escucha la afirmación de que no existe democracia sin partidos. No obstante, si bien los partidos deben jugar en el contexto democrático, recientemente ha surgido un debate académico sobre si estos partidos políticos deberían de ser, asimismo, internamente democráticos. En otras palabras, sobre si los partidos deben abrir aún más sus espacios de participación y toma de decisiones a la ciudadanía interesada, haciendo hincapié en sus afiliados y militantes.

Bajo esta lógica, un partido democrático (a lo interno) es aquel que incluye a sus afiliados en la toma de decisiones importantes como la elección de autoridades, elección de candidatos y de plataformas políticas (Lemus, 2012). Por lo tanto, la participación en los procesos internos de elección y toma de decisión, es un momento sumamente relevante para la participación ciudadana efectiva. La afiliación a un partido político conlleva una serie de derechos internos, entre los cuáles destaca la posibilidad de participar de manera directa en la elección de los candidatos a presentar el día de la elección popular, así como los miembros del Comité Ejecutivo Nacional y otras instancias a lo interno del partido. Estas formas de participación abren la puerta a los militantes y afiliados de los partidos para tener incidencia en quiénes serán los tomadores de decisión y representantes dentro del partido.

Conclusión


Los partidos políticos son un grupo de personas que buscan el control del aparato de gobierno a través de obtener puestos en una elección llevada a cabo de forma correcta” (Hofmeister & Grabow, 2013)